Debido a la incomodidad que la incontinencia puede provocar en la vida diaria, resulta de interés aplicar aquellas medidas que ayuden a reforzar la musculatura de la zona, como son el entrenamiento del suelo pélvico, el ejercicio físico moderado, y también puede plantearse la utilización de complementos alimenticios a base de especies vegetales seleccionadas.
Entre las mismas se encuentran las semillas de calabaza y las isoflavonas de soja.