Alimentación para aliviar el Síndrome Premenstrual
La inflamación es un factor desencadenante del Síndrome Premenstrual. Para aliviar sus síntomas:
Potencia el consumo de alimentos antiinflamatorios y antioxidenates
- Verduras y hortalizas. Especialmente: las crucíferas (brócoli, coliflor, col, kale, col lombarada...) de hoja verde (rúcula, espinacas, acelgas).
- Frutas. Especialmente: frambuesas, moras, arándanos, fresas y granada.
- Pescado azul: sardinas, caballa, melva, boquerones, anchoas, salmón.
- Nueces de Brasil
- Aceite de oliva virgen extra
- Especies como la cúrcuma, el jengibre, el orégano, el tomillo, el romero o la canela.
- Cacao puro.
Limita el consumo de alimentos proinflamatorios:
- Productos ultraprocesados
- Azúcares y edulcorantes
- Trigo y harinas refinadas
- Lácteos de vaca
- Carnes procesadas
- Aceites vegetales y margarina
- Refrescos, zumos de bote y alcohol
Ayudas para los cambios emocionales asociados al SPM
¿Tienes síntomas de ansiedad, depresión o irritabilidad antes o durante la menstruación? Estos pueden ser grandes aliados:
- Magnesio, debido a su función sobre el sistema nervioso central
- Azafrán y triptófano, ya que mejoran los niveles de serotonina
- Vitamina B6, esencial para la síntesis de progesterona y GABA
- Hierro, especialmente importante si sufres de fatiga premenstrual.
Ayudas para el dolor menstrual
Además de potenciar un patrón de alimentación antiinflamatorio global, incluir alguna de estas ayudas desde 7 días antes de la menstruación y durante los primeros días de sangrado menstrual te permitirá reducir el dolor y la duración de la dismenorrea primaria:
- Cúrcuma
- Jengibre
- Omega 3 (EPA y DHA) del pescado azul
- Vitamina E, de grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra o las nueces.
- Zinc, del marisco y las semillas de calabaza
- PEA (Palmitoiletanolamida), de vísceras de animales de pasto, yema de huevo o la lecitina de soja.
- Mirra
Otros hábitos que influyen en tu ciclo menstrual
Todos los hábitos de vida influyen en nuestro estado de salud. Por ello, además de llevar una alimentación saludable, es importante:
- Potenciar la actividad física diaria y realizar ejercicio físico de manera regular
- Respetar las horas de sueño y descansar alrededor de 8h
- Optimizar los ciclos circadianos: exponerse a la luz natural del sol durante el día y limitar la exposición a la luz artificial durante la noche.
- Evitar hábitos tóxicos como fumar tabaco o beber alcohol.
- Buscar herramientas para gestionar el estrés y las emociones. Te pueden servir: ejercicios de respiración consciente, poner atención en tu cuerpo y en el "aquí y ahora" (minfulness), meditar, salir a pasear o hacer ejercicio, practicar yoga, escuchar música...