Seguir una alimentación saludable puede ayudarnos a reducir los efectos de la fatiga y a tener más vitalidad. Sin embargo, más que hablar de alimentos o nutrientes que den vitalidad, lo correcto es hablar de una alimentación, dieta o incluso de un estilo de vida que nos ayude a sentir que nuestro cuerpo puede con la actividad y ajetreo diario.
Los alimentos de origen vegetal como cereales integrales, hortalizas, legumbres, frutas y frutos secos, son los que aportan a la dieta más fibra, vitaminas, minerales, hidratos de carbono y antioxidantes.
Estos nutrientes contribuyen a cubrir las necesidades de energía y a mantener un buen funcionamiento del organismo, y es vital ingerirlos durante el día, y no saltarse ninguna comida.
¿Lo más recomendable? Distribuir nuestra alimentación en cinco comidas diarias para conseguir que el organismo obtenga energía constante, sin sentir fatiga ni sensación de hambre.
- Desayuno: es vital no saltárselo. Omitirlo por falta de tiempo, una justificación muy habitual, hace que nos falte energía y nos cueste concentrarnos durante la mañana. Por ello se recomienda incluir alimentos integrales con hidratos de carbono como pan, biscotes o cereales. Las frutas frescas, secas o en zumo, aportan también hidratos de carbono, además de agua, fibra y vitaminas y minerales.
- Durante la merienda también debemos mantener el aporte de energía al organismo. Algunas opciones ideales y saludables son la fruta fresca o seca, barritas de cereales integrales o frutos secos.
- En comidas y cenas deben incluirse hortalizas, y recordar la importancia de incluir alimentos ricos en hierro ya que las carencias de este mineral causan cansancio y fatiga. Son especialmente ricas en hierro las carnes rojas, pero también lo contienen alimentos de origen vegetal como las acelgas, espinacas, y legumbres como alubias, lentejas, garbanzos, además de quínoa, fruta seca, y frutos secos. De postre se recomienda tomar desde fruta entera, en zumo o en macedonia, a compota, y finalizar con una infusión no estimulante.
Para finalizar, es importante tener un buen descanso nocturno ya que nos ayuda a recuperar la fuerza y la energía para el día siguiente. Indispensable que la cena sea ligera, baja en grasa y que se tome un mínimo de dos horas antes de ir a la cama, para conciliar mejor el sueño.