Tengo una amiga que no se encuentra bien. A Véronica, los cambios hormonales relacionados con la transición a la menopausia se le están manifestando muy abruptamente y no sabe cómo gestionarlos. Le cuesta conciliar el sueño, se despierta varias veces durante la noche, algunas por sudoraciones nocturnas y otras por una ligera apnea del sueño provocada por una pequeña papada de grasa en la garganta, que ha ido acumulando sin casi darse cuenta.
Todo ello le genera un gran malestar, un desgaste en su autoestima, otro molde de la feminidad roto, esta vez por un ronquido leve y se pregunta si alguna vez más logrará entrar en aquel vestido negro tan mono que le servía para cualquier ocasión y si alguna vez se atreverá a dormir con alguien sin pensar en que ronca, suda y se remueve inquieta en la cama, mientras sigue el círculo vicioso por la mañana de café, cansancio, cierta melancolía, un poco de taquicardias, se toma un ansiolítico a ver si se le pasa porque va a entrar en una reunión importante y luego un “no como para no engordar más y a mediodía como algo sano que no es lo que necesito, voy fatigada por la vida, me pego un atracón de lo que sea que me pida el cuerpo porque oye, ya está bien de tanto sufrir y yo me lo merezco” y demasiado fatigada decide no ir al gimnasio (hoy tampoco) y “mejor me sirvo una copa de vino, pico algo, con algo y con aquel algo más y vuelta a empezar”.
A todas estas, sus amigas están radiantes y llenas de energía. Son de la misma generación, mamis del mismo cole y logran dejar a los niños con las abuelas o canguros y salir a cenar y seguro que alguna copita cae casi cada fin de semana. Como casi todas están recién separadas, van de ligoteo y el plan es digamos alegre y de cachondeo, de unas risas. “Vamos de tardeo” le dicen a mi a amiga Verónica y ella antes de escuchar el “venga anímate, que será divertido”, ya les ha dicho que sí, que se verán en el lugar de siempre, aunque en el fondo no le apetece.
Le cuesta poco a Verónica responder con un sí y me parece que casi nunca se ha planteado que la opción del no, existe. Quizás por aquella cosa del “vamos venga, un poco de ruido y movimiento que así no me doy cuenta de lo mal que me encuentro, de lo poco que me escucho a mí misma y del miedo que me da quedarme en silencio a solas en mi casa, nuestra casa hoy y cada vez que mi ex tiene a los niños”.
Saldrá otra vez con otro vestido, ya verá qué ropa de su armario le hace sentir más atractiva, porque oye, ese espiral se rompe con un labio rojo, un tacón, un escote, cuatro miradas, unas risas y otro insomnio que ya total, viene siendo su normalidad.
A Verónica le gusta su casa, la que era de los dos. Y le gusta mucho muchísimo. Pensó cada rincón desde el placer, el Feng Shui, la familia, la intimidad y el reposo. Y desde que Paco, su ex Paco, se fue hace varios años, es como si esa casa la empujara hacia afuera, en plan fantasmagórico y tal… Y yo, lo que más observo en Verónica es que sale como si se dirigiera a una montaña rusa de esas que le dan muchísimo vértigo, pero como todo el mundo va, pues ella también. Sale porque hay que ir, más que por el querer ir, que tiene mucho de FOMO “Fear of missing out”, que significa el miedo a perderse algo y por si acaso me lo pierdo, pues voy a todo, lo miro todo, me conecto a todo y conozco a todo quisqui. Y no me entero de nada.
Y por no enterarse, Verónica ya no se entera de ni de si misma.
Y casi todo, hasta su hogar, deja de interesarle…
Qué pena, con lo bonito que es su nido…
Le he recomendado que tome Ashwagandha durante una temporada. Es una planta adaptógena, también conocida Ginseng Indio. Es una planta importante en la medicina Ayurvédica que crece en India, el Medio Oriente y partes de África. Normalmente se utiliza la raíz y las bayas con fines terapéuticos. Durante milenios, la Ashwagandha ha sido utilizada en la medicina ayurvédica para diversas condiciones de salud, actuando como:
- Tónica
- Afrodisíaca
- Diurética
- Astringente
- Termogénica
- Estimulante
Es uno de los principales componentes de hierbas de los tónicos geriátricos citados en los sistemas de medicina indios.
Esta planta adaptógena, que son plantas que regulan las funciones fisiológicas del organismo, favoreciendo el equilibrio a distintos niveles, le está ayudando a ver las cosas desde otra perspectiva, pues desde que Verónica la toma, ha notado que se siente menos ansiosa durante el día, es capaz de comer pausadamente, de elegir alimentos adecuadamente, se concentra más y piensa con menos niebla mental pues ahora consigue dormir, se siente animada, centrada, sin atracones, ni desórdenes, más a gusto con su ser a todos los niveles.
El otro día pasé por su casa de sorpresa a llevarle unas flores, que sé que le encantan. Llevaba puesto un vestido negro entallado y escotado y percibí que se sentía bien con el atuendo, lo llevaba a gusto. Iba descalza y sin maquillar, bellísima a cara lavada.
Le pregunté:
- ¿Vas a salir, Verónica? No quisiera entretenerte, solo pasaba a darte una sorpresa rápida.
- ¡Qué va! Les he dicho a las chicas que hoy no voy. Y ya veremos la semana que viene… En realidad, es porque ya no me divierte, me siento en otro momento vital… Lo he soltado y menudo alivio siento en el pecho. ¡Me apetece tanto estar en casa!
Casa, nido, alma, ser, volver a ser, asertividad para la supervivencia, el cuerpo como casa…Bienvenida de nuevo, querida Verónica.