Aunque es una parte más del cuerpo, la zona genital de la mujer se caracteriza por su fragilidad y delicadeza. Bríndale la atención y los cuidados extra que precisa. ¿Sabías que la falta de hábitos de higiene pueden favorecer la aparición de infecciones y molestos picores y ardores? Protégela. Te sentirás mejor y disfrutarás más de tu sexualidad.
¿Realizo una correcta higiene íntima? Conocer la respuesta a esta pregunta y ponerla en práctica te ahorrará bastantes molestias y alguna que otra visita al ginecólogo.
Aunque cada mujer es un mundo, hay una serie de consejos básicos:
• Usa productos que no alteren el pH de la mucosa genital (barrera natural frente a las infecciones). Evita los desodorantes íntimos que además pueden enmascarar un síntoma, pues el mal olor podría ser indicio de una afección que precise tratamiento.
• Las esponjas pueden ser un foco de gérmenes, utiliza la mano. Respecto a las toallas, se recomienda que cada miembro de la familia use la suya propia.
• La ropa interior ha de cambiarse a diario, lavarse con productos poco agresivos y aclararse con abundante agua. Procura que sean de algodón y no de tejidos sintéticos para facilitar la transpiración.
• Los pantalones y prendas íntimas excesivamente ajustadas producen rozaduras y hacen que se acumule la humedad en la zona.
• Antes y después de mantener relaciones sexuales, es recomendable lavarse las manos y la zona genital.
• La limpieza de la zona perianal ha de hacerse siempre hacia atrás para que no se transmitan los gérmenes del ano a la vulva. Cuidado con los rasurados de pubis, porque pueden producir pequeños cortes en labios y zonas cercanas.
Además de estas recomendaciones generales, cada etapa de la vida demanda unos cuidados específicos:
• La peque de la casa... Intenta que tu hija adquiera un hábito correcto de limpieza íntima desde la infancia, así lo mantendrá toda su vida y se reducirá el riesgo de aparición de infecciones como la vulvovaginitis infantil (flujo de olor desagradable que puede ir acompañado de inflamación, escozor, picor...), por es importante que se limpie la zona perianal de atrás hacia adelante hasta llegar a la vagina.
• Durante la menstruación. Los días de la menstruación son especialmente delicados para la higiene íntima. El flujo menstrual tiene un pH alcalino que altera el equilibrio normal del flujo vaginal. Hay que extremar las precauciones: cámbiate con frecuencia la compresa o el tampón (no esperar más de 4–6 horas).y lávate dos veces al día con un gel específico.
• Durante el embarazo. En ese periodo, una infección vaginal puede afectar a la salud del feto y aumentar el riesgo de aborto y de parto prematuro. Durante esos meses, el pH vaginal suele verse alterado por lo que también resulta muy aconsejable utilizar jabones específicos para la zona vaginal.
• En la menopausia. Con el paso de los años, nos volvemos más vulnerables a las infecciones porque disminuye la secreción de flujo (dejando la zona más seca), porque se producen pérdidas involuntarias de orina que mantienen más húmeda la zona... De ahí que resulte muy importante lavarse una o dos veces al día, empleando productos que calmen la irritación y los picores, además de hidratar la piel.
Y como en todo, el sentido común es fundamental. Es recomendable prestar atención a la higiene íntima, ¡pero no excederse! Con muchos lavados podemos provocar una destrucción de la flora vaginal y, con ello, la aparición de bacterias e infecciones.