Decir adiós al ser amado –muchas veces después de varios años de relación– y romper con esa etapa de nuestra vida puede llegar a ser un momento muy doloroso. Para recuperarte de este trance vital hay que vivir el “duelo” y seguir una serie de consejos para no prolongar el sufrimiento.
Cuando se comparten sentimientos, experiencias y proyectos con una persona, es difícil poner punto y final y mirar hacia adelante como si nada hubiera ocurrido. En la mayoría de las ocasiones, una ruptura genera estrés y aparece el miedo al cambio, a romper con el pasado y tener que rediseñar un futuro que no es el que esperábamos. Los psicólogos hablan de cinco fases a la hora de describir qué camino recorremos desde que se produce una ruptura hasta que la damos por superada. Primero experimentamos un periodo de negación, en el que no aceptamos lo que ha sucedido y albergamos esperanzas de reconquistar a la otra persona. Después llega el enfadado y la búsqueda de las causas. En esta fase pasamos por momentos en los que nos sentimos culpables por haber hecho algo mal y por otros en los que le echamos la culpa al otro. Superado este punto, se empiezan a buscar soluciones y se vive un tiempo de tristeza y dolor que precede a la aceptación.
Construir tu propio bienestar
Para afrontar estas etapas y no dejarnos arrastrar por la negatividad, es importante mantener una actitud activa y evitar que este suceso nos impida continuar con nuestra vida, aprendiendo a disfrutar de nosotros mismos y buscando nuestro bienestar.
Estos consejos te ayudarán a superarlo:
- Deja que tus sentimientos fluyan. No mires para otro lado ni te obligues a sentir indiferencia. Una ruptura supone dejar atrás muchas cosas y es normal que la tristeza te embargue. Dar salida a estos sentimientos te ayudará a superar la pérdida y recuperar la autoestima. Eso sí, ten cuidado de no caer en una espiral de sufrimiento, abandonándote y dando de lado tu vida cotidiana.
- Rodéate de quienes te quieren. Salir con tus amigos y apoyarte en tu familia son buenas herramientas para mitigar la soledad y no dedicar tu tiempo libre a pensar en lo que pudo ser y no fue. Cuéntales cómo te sientes para desahogarte pero no dejes que este sea el único tema de conversación. Hablar de otras cosas y buscar nuevos intereses te hará despejarte.
- No a los extremos. Ni pienses que no encontrarás a alguien tan maravilloso como él ni decidas convertirle en un diablo causante de todos tus males. Es importante que trates de ser justa con él y con la relación, que no pienses solo en los buenos momentos idealizando algo que se ha esfumado ni tampoco generes odio hacia él, pues esto no te va a hacer sentirte mejor.
- Cuídate y quiérete. Comienza una nueva etapa en la que has de preocuparte por ti, por tu bienestar y tu felicidad. Descubre nuevas aficiones, dedica tiempo a aquellas cosas que te satisfacen y piensa en aquellos sueños que te gustaría lograr y lucha por ellos.