Los genitales externos requieren unos cuidados especiales para evitar síntomas molestos y prevenir procesos infecciosos.
Os doy las siguientes pautas:
- Lavarse con agua y jabón especial para higiene íntima (no usar el mismo jabón que se emplea en la ducha para el resto del cuerpo) una vez al día.
- Es muy importante que la zona genital no esté húmeda para evitar infecciones, se puede utilizar el secador de mano tras el lavado de la zona.
- El jabón a elegir lo aconsejará la ginecóloga, según las características de cada mujer.
- Es muy importante extremar las medidas higiénicas durante la menstruación así como antes y después de mantener relaciones sexuales.
- No es necesario lavar la vagina internamente, el propio flujo vaginal mantiene su “autolimpieza”.
- No se recomiendan las “duchas” vaginales pues hacen que cambie el pH vaginal y se favorece el desarrollo bacteriano.
- Usar ropa interior de algodón y blanca, pues los tintes pueden producir irritación. No llevar ropa muy ajustada.
- Lavar la ropa interior con detergente para prendas delicadas y no usar suavizante.
- Evitar ir a piscinas con mucho cloro
- Evitar estar mucho tiempo con el bañador mojado o húmedo
- No usar desodorantes ni toallitas ni lociones que lleven perfume.
- No utilizar protectores (salva-slips, compresas) de forma habitual y cuando se utilicen procurar que sean de algodón y sin perfume.
- No aplicar cremas y pomadas sin consultar.
- ¿Qué hacer con el vello púbico?
El vello juega un importante papel pues reduce la fricción entre la piel y la ropa y durante las relaciones sexuales, mantiene la temperatura idónea y protege frente a las infecciones.
No se recomienda afeitarlo o rasurarlo por las pequeñas heridas que se producen y que son una "puerta de entrada" para los gérmenes.
No eliminar el vello en su totalidad, de manera que la zona del clítoris, uretra e introito vaginal queden protegidas.
El procedimiento de elección para la depilación del vello genital es el láser (diodo, ND-YAG 1064, Alejandrita)