Entre el cuerpo y la mente existe una profunda relación. Y para desarrollar al máximo las posibilidades de vivir sanos y contentos no solo hay que ganarle la batalla a las enfermedades, sino robustecer la capacidad de superar las adversidades del día a día y ser capaces de pintarnos una sonrisa en los labios sin mucho esfuerzo.
El escritor y novelista francés Alejandro Dumas decía que “la esperanza es el mejor médico que yo conozco”. Ser capaz de ver las cosas buenas que tiene la vida, sacar una lectura positiva de los sucesos que nos acontecen y mostrarnos optimistas de manera natural es la mejor herramienta que tenemos para afrontar la vida cotidiana. Son numerosos los informes que vinculan una actitud optimista y la felicidad con una mayor longevidad y calidad de vida. Por ejemplo, un estudio del University College London (Reino Unido) asegura que quienes disfrutan de la vida se mantienen en mejor forma física que sus coetáneos. Otro estudio de la Universidad de Zaragoza comprobó cómo responden al dolor crónico las personas positivas frente a aquellas que son negativas. El informe sugiere que los primeros afrontan el dolor de una forma activa, lo que permite que el deterioro funcional sea menor, pues se continúa haciendo una vida normal en la medida de las posibilidades y a pesar del dolor.
Otros estudios confirman que el bienestar emocional puede reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares hasta un 50 %. Los investigadores consideran que esto se debe a que los individuos con un mayor sentido del bienestar disfrutan de hábitos de vida más saludables, como hacer ejercicio, llevar una dieta sana y dormir bien.
Claves para ser optimista
Por tanto, parece evidente que el optimismo es un bálsamo reparador y un ingrediente indispensable para disfrutar de una buena salud y hacer frente de la mejor manera posible a las enfermedades. Hay personas que nacen siendo optimistas pero esta manera de ver la vida también se puede adquirir, educando la mirada para descubrir lo mejor de cada situación. ¿Cómo podemos ser más positivos?
- Potenciar los pensamientos positivos. Hay que propiciar las situaciones de nuestra vida que nos hacen sentir bien y encontrarnos a gusto porque está comprobado que los sentimientos y los pensamientos van de la mano. Si estamos contentos será más fácil que pensemos de manera optimista.
- Desterrar las frases hechas. Hay muchas sentencias negativas a las que nos agarramos para explicar las cosas malas que nos pasan, o simplemente las empleamos por costumbre. Suelen ser pensamientos infundados que nos condicionan y nos impiden ver el lado bueno de las cosas.
- Separar lo positivo de lo negativo. Ser positivo no es pensar que todo es bueno o que todo está bien. Está claro que cada realidad conlleva aspectos positivos y negativos, por eso hay que ser capaz de distinguir unos de otros para confirmar que no “todo es malo” y dar a los problemas una dimensión adecuada, afrontándolos de manera realista.
- En pos del éxito. El optimismo es capaz por sí mismo de facilitar una actitud abierta y mejorar la autoestima. Dos herramientas muy valiosas que invitan a ser perseverante. Y es que se ha demostrado que las personas optimistas tienen más éxito porque perseveran en sus objetivos y tienen más facilidad para superar los contratiempos, pues no se vienen abajo con facilidad.