En la última década nuestra sociedad ha cambiado, y el “hasta que la muerte nos separe” ha dejado de ser una creencia inquebrantable para todas las parejas. Como consecuencia, las separaciones, los divorcios y las familias reconstituidas se han convertido en nuestro pan de cada día. Pero, ¿estamos preparados para estos nuevos escenarios?
Y es que no es tan fácil aceptar que el príncipe azul que nos ha encandilado en tan sólo unas horas, aterrice en nuestras vidas con “pequeñas sorpresas” cargadas de responsabilidades y de algún que otro desengaño.
Si te encuentras en esta situación, no es cuestión de salir huyendo (no es el fin del mundo…). Tan sólo debes ser consciente de la responsabilidad que conlleva mantener una relación cuando tu pareja tiene hijos, y evitar los errores que frecuentemente cometen algunas mujeres en la interacción con los hijos de su pareja.
En primer lugar resulta imprescindible no precipitar tu introducción en la familia. Y es que, por muchas ganas que tengamos de pasar tiempo con nuestra pareja, una entrada apresurada en la nueva familia puede tener graves consecuencias de adaptación por parte de los hijos. Por tanto toca armarse de paciencia y respetar los tiempos de los pequeños (o no tan pequeños). Una buena alternativa es empezar a compartir momentos puntuales como por ejemplo una tarde en el cine, etc. hasta que los niños se acostumbren a esta nueva situación y estén preparados para que deis un paso más.
“La familia reconstituida no es una carrera de contrarreloj, sino una carrera de fondo”
Por otro lado, otro error común, es entrar en guerra con los hijos de nuestra pareja por la atención o el amor de ésta. Suena poco coherente luchar contra el amor de un padre hacia sus hijos, pero lo cierto es que a veces en el amor carecemos de esta coherencia.
Debes evitar poner a tu pareja en el aprieto de “ o yo o ellos…” ya que es una batalla perdida, además de estúpida (no es igual el amor paternal que el amor de pareja). Ante esto, lo adecuado es ser consciente de esta diferencia, no compararte con ellos, y dejar espacio y tiempo para que tu pareja pueda disfrutar de sus hijos sin ti.
“La familia reconstituida es un espacio de encuentro y tolerancia, no un lugar de combate”
Por último, intentar sustituir la figura de la madre de los hijos de tu pareja es una equivocación habitual que se suele cometer y que no favorece el buen desarrollo de nuestra relación.
Para prevenir este fallo, debemos respetar la figura de la madre ante sus hijos (por mucho que nos saque de quicio su comportamiento). Además debemos iniciar nuestra relación con los primogénitos de nuestra pareja manteniéndonos en un rol de amiga y poco a poco, si los hijos lo aceptan, adquirir una mayor relevancia en sus vidas (con muestras de cariño, de atención, de cuidado, e incluso en fases muy avanzadas podemos ejercer un rol más normativo).
“La familia reconstituida es como una obra de teatro y cada miembro debe saber cuál es su papel en la historia”
Las relaciones de pareja, con o sin hijos, requieren voluntad, esfuerzo y un proyecto de vida. ¡Tómatelo con calma, responsabilidad y mucho humor!