Mi amiga Rita enviudó hace 15 años con dos hijos adolescentes y ahora que ya se han independizado, ha conseguido independizarse ella también.
¡Al fin, con 52 años y en plena menopausia!
El otro día quedamos para picar unas tapas en un sitio nuevo de la ciudad que tiene bastante gracia. Tiene un toldo rojo que se ve a lo lejos y preparan unos huevos estrellados con setas y jamón que están para volver casi cada día. Cuando vas al baño vives toda una experiencia “vintage jetsetera”, porque está decorado con miles de portadas de la revista Hola con Julio Iglesias, Isabel Preysler y el nacimiento, vacaciones y demás de todos sus hijos. De fondo, suena un hilo musical con Julio sin fin y te sientes como si hubieras entrado a un parque temático con espíritu de “Scape room”, con el estrés de dejar el baño libre y dos portadas a medio leer… Cuando entré, sonaba Begin the Beguine, que no sé por qué motivo fue traducida en su día como “Volver a empezar”, pero no importa, porque es una canción que suelta varias perlas tipo:
- Quiero volver a empezar
- Quiero sentir las cosas de siempre
- (…)
- Quiero saber si todo se olvida para volver a empezar…
Rita me contaba que cada día, absolutamente cada día, piensa en su marido, que ha decidido poner fin a una relación con un tipo porque había resultado ser demasiado posesivo y que, en definitiva, ese volver a empezar no le había convencido, por lo menos sentimentalmente. El hecho de haber vivido el cáncer de pulmón de su marido, le estaba permitiendo acompañar a una buena amiga que transita por un proceso de sanación por cáncer de mama, afortunadamente de buen pronóstico.
Dice Rita, que está logrando transformar el dolor de sus recuerdos en una bonita energía que su amiga recibe con los brazos abiertos, agotados y entumecidos por los efectos del Taxol, que pasan horas hablando después de más de una década sin verse, que están volviendo a empezar, que se nota que la suya fue un amistad genuina y que ambas tienen muchas ganas de estar bien, de sentirse bien, de respirar con calma, de tener sosiego, reposo, deseo, amor y, por qué no, si el universo lo pone fácil, un poco o un poco mucho, de buen sexo con alguien bueno, que no necesariamente esté muy bueno, pero que lo bueno abunde en él. Ambas coinciden en que, antes que nada, sería bueno que recuperaran la energía y el ánimo, por no llamarlo depresión, que se les hace bola, aunque tienen muy claro de lo que hablan, pues son mujeres informadas y saben bien de qué trata la menopausia.
La amiga de Rita es una investigadora muy persistente y ha encontrado unas cuantas soluciones en plantas aptas para su proceso oncólogico de cáncer de mama hormonal y las ha compartido con ella, convencida que los organismos de ambas entenderán perfectamente la acción de cada una de esas plantas adaptógenas:
- AZAFRÁN (Crocus sativus L.)
Además de ser afrodisíaco y de paliar los efectos secundarios de pérdida de deseo sexual ocasionados por los antidepresivos, es un potencial antiinflamatorio, antioxidante y aunque todavía se desconoce el mecanismo, se cree que actúa a nivel cerebral en la mayor disponibilidad de serotonina, noradrenalina y dopamina, hormonas fundamentales para que las personas se sientan bien, activas, contentas, felices. Es un buen aliado para los síntomas emocionales de mujeres en la premenstruación, transición a la menopausia y la menopausia. Además, la información disponible de estudios en animales e in vitro indica que el azafrán y sus principales componentes poseen actividades anticancerígenas y antitumorales. - ASHWAGANDHA (Withania somnifera)
Es una planta muy utilizada en el milenario sistema indio de medicina ayurvédica para tratar varios tipos de enfermedades. El nombre de la planta en sánscrito: Ashwagandha literalmente significa «olor a caballos» debido al olor algo desagradable y parecido al del sudor del caballo que emiten las raíces frescas que son la parte de la planta más utilizada en occidente y más estudiada.
Durante milenios, la Ashwagandha ha sido utilizada en la medicina ayurvédica como tónica, afrodisíaca, narcótica, diurética, antihelmíntica, astringente, termogénica y estimulante, para diversas condiciones de salud. Se le atribuyen cualidades generales de animación y regeneración y se usa tradicionalmente para el tratamiento del agotamiento nervioso, afecciones relacionadas con la memoria, el insomnio, problemas de cansancio, problemas de la piel y tos. Es uno de los principales componentes de hierbas de los tónicos geriátricos citados en los sistemas de medicina indios.
Según la evidencia científica disponible, la Ashwagandha podría mejorar el rendimiento físico y la fatiga de mujeres con una actividad normal. También ha mostrado efecto beneficioso sobre el sueño (incluso en personas de edad avanzada) y, asimismo, sobre la calidad de vida en la perimenopausia.
Dice la amiga de Rita, que ambas plantas son sinérgicas entre si, al igual que lo es la amistad que ellas están disfrutando, volviendo a empezar, Begin the Beguin…