Seguro que en más de una ocasión has experimentado la sensación de querer que se acabe el mundo contigo tumbada en el sofá sin hacer nada, pero, a la vez, te martiriza pensar que estás perdiendo el poco tiempo libre del que dispones habitualmente. Despójate de los prejuicios: al hacer el vago liberarás el estrés acumulado y descubrirás los incalculables placeres que provoca el descanso de mente y cuerpo.
Reza un antiguo dicho atribuido al filósofo chino Lao-Tse: “Practica el arte de no hacer nada y todo comenzará irá bien”. Cuesta estar de acuerdo con esta sentencia en pleno siglo XXI, inmersos en una sociedad donde nos movemos a un ritmo frenético y al día parecen faltarle minutos.
Sin embargo, hay algo en la frase “hacer el vago” que provoca una sensación de placer. Disponer de tiempo propio para desconectar del mundo suena bien, pero es posible que nunca disfrutes de esa sensación plenamente porque siempre acabas pensando que podrías estar ocupando el tiempo en hacer algo productivo o divertido. En otras palabras, no sabes cómo hacer el vago.
¿La clave? No interpretes como una falta de productividad el hecho de dedicar unos momentos del día a no hacer nada. Piensa en ello como una actividad en sí misma, capaz de reportarte beneficios psicológicos y físicos:
• La ausencia total de actividad física permite ahuyentar el estrés.
• Al vaguear ejerces al menos una actividad mental que funciona como un eficiente método de relax a todos los niveles; como si se tratara de un ordenador, tu cerebro se encarga de enviar a la papelera de reciclaje todos los elementos que te provocan inquietud o nerviosismo. Y cuando tu mente desconecta, tu cuerpo descansa.
• Desde una perspectiva física, tu cuerpo responde a los estados de agitación y estrés generando un desequilibrio hormonal (se disparan los niveles de cortisol). Encontrar tu equilibrio hormonal es clave para tu bienestar. Está demostrado que las personas que siempre tienen prisa y que están continuamente en plena búsqueda de objetivos vitales tienen mayores posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares o respiratorias y estados de depresión y fatiga; mientras, aquellas que se paran a reflexionar y a tomarse un respiro siempre que la ocasión se lo permite, gozan, normalmente, de una salud más fuerte y de un nivel de vida más alto.
Son muchos los momentos del día en los que puedes disfrutar de ese momento de asueto:
• En el trabajo: Cuando notes que tu enorme lista de tareas empieza a sobrepasarte, para y toma un respiro. Come algo y sal a estirar las piernas durante unos minutos. Si no puedes, simplemente siéntate en tu escritorio durante unos minutos sin pensar en nada o haz una actividad completamente diferente (jugar a algún juego en el ordenador, por ejemplo). Te ayudará a desconectar y cuando vuelvas a trabajar tendrás la mente más clara.
• Duerme la siesta: Pocos momentos en el día combaten mejor la ansiedad y el estrés que una buena cabezadita después de comer. Eso sí, nunca debe superar los 30 minutos. Si no puedes, los especialistas aconsejan compensarla falta de sueño y descanso que probablemente acumule, añadiendo tres o cuatro horas más de sueño durante el fin de semana.
• Lee: Ya sea una revista o un buen libro, cuando leemos algo interesante y cautivador el mundo y sus penas pasan a un segundo término.
• Escucha música: Túmbate, cierra los ojos y dale al play. Escuchar música suave contribuye a la generación de dopamina, un neurotransmisor que libera el estrés.
• Pasea: Caminar lentamente puede ser una actividad fértil para un espíritu creativo.
• Contemplación: Déjate llevar con la mera contemplación de las estrellas, un cuadro, el mar, un paisaje...
En general, recuerda que cuando tienes ganas de hacer el vago es porque estás cansada y necesitas parar. ¡Escucha a tu cuerpo! Intenta llevar una vida más sosegada y no te sientas culpable por no hacer nada a veces o por hacer cosas más sencillas. Como abogan las teorías del “do less”, tenemos que permitirnos hacer el vago más a menudo o, en su defecto, “hacer menos” de una manera inteligente. Filtra todas aquellas cosas que te ocupan tiempo y preocupaciones, quédate con lo importante y deja tiempo para la diversión y el relax. Para una salud óptima y una mayor felicidad, ve con la corriente en vez de luchar contra ella.