A la hora de seguir una dieta para adelgazar o simplemente si quieres cuidar tu figura y mantener tu peso corporal es importante escoger bien los alimentos de la dieta pero hay que tener en cuenta también cómo cocinarlos. La mejor forma de no añadir calorías es mediante cocciones ligeras y con poco aceite.
Las cocciones más ligeras y recomendadas para no añadir grasas y sumar calorías son el hervido, el vapor, el papillote, la plancha, la brasa o parrilla y el horno con poco aceite. Además son todas ellas preparaciones de fácil digestión ideales para los estómagos más delicados o cuando hay reflujo.
Por el contrario, las cocciones que añaden grasa en forma de aceite, mantequilla o manteca de cerdo, son las que suman calorías. Así al rebozar un filete de pescado por ejemplo se duplica su valor energético y al freír unas patatas incluso se triplica.
Al vapor: la mejor forma de cocinar las verduras. Al no sumergirlas en agua no pierden sus sales minerales y preservan al máximo su valor nutricional, su color y sabor. Además es un tipo de cocción que no necesita que se añada sal, muy recomendable para las personas con hipertensión.
Al papillote: una buena opción para pescados fileteados y verduras. Se envuelve el alimento en papel de estraza y se cuece en su propio jugo al horno o encima de una parrilla o grill eléctrico. Al igual que el vapor se conservan muy bien los nutrientes.
A la parrilla: es ideal para las carnes ya que la grasa se derrite y se pierde. En la barbacoa hay que procurar no llegar a temperaturas muy altas y nunca comer la carne quemada.
Horno o plancha: es una cocción ligera siempre y cuando se utilice poca grasa y utensilios antiadherentes, sólo basta añadir unas gotitas de aceite para cocer los alimentos en su propio jugo.
Finalmente, para quitar calorías elimina la grasa visible de la carne, quita la piel de las aves y desgrasa los caldos. Y sustituye las salsas por especias y hierbas aromáticas que aportarán sabor extra al plato sin aumentar su valor energético.