Los zumos de frutas naturales y recién exprimidos son la opción más sana pero a veces no es posible consumirlos ya que estamos fuera de casa. Para estas circunstancias, en el mercado encontramos distintos tipos de zumos envasados que se comercializan como “zumo de fruta”, “zumo de fruta concentrado” o “néctar de fruta”. ¿En qué se diferencian y cuál escoger?
Zumo de fruta
Se obtiene a partir de frutas frescas y maduras, a las que se puede incorporar el color, aroma y sabor propios de la fruta de la que procede y también el aroma y la pulpa que haya perdido en el proceso de extracción.
Zumo de fruta a base de concentrado
Es el producto obtenido a partir de un zumo de fruta concentrado por un tratamiento térmico de evaporación de hasta un 85% del agua. En el momento de envasar, se restituye el agua extraída, los aromas y en su caso la pulpa que se haya perdido en el proceso de producción.
Néctar de fruta
Se obtiene por adición de agua, miel o azúcar al zumo de fruta. Se trata pues de un producto más dulce, con mayor contenido en azúcares y también más calórico. La adición de azúcar o miel se autoriza en una cantidad no superior al 20% del peso total del producto acabado. Es frecuente encontrar néctar de melocotón y de frutas tropicales como el mango y la papaya.
Refrescos de fruta
Son bebidas de fruta que contienen un 90% de agua y solamente un 10% de zumo concentrado y azúcares. Suelen llevar más aditivos y pueden ser carbonatadas o no.
Además, todos estos productos pueden estar enriquecidos con vitaminas, minerales u otros nutrientes, en cuyo caso deberá indicarse en la etiqueta las cantidades añadidas.