Carla es una joven empresaria, casada desde hace 2 años y que, junto a su marido, se plantean tener un bebé. Esta tarde han estado en la consulta de su ginecóloga para recibir asesoramiento prenatal y la Dra. Estévez le ha realizado un chequeo ginecológico completo, le ha recomendado comenzar a tomar un suplemento polivitamínico y le ha insistido en que haga una dieta con alto contenido en colina (huevos, leche, carne, pescados, frutas, verduras y cereales integrales) y que la mantenga durante toda la gestación y durante la lactancia.
La colina es un nutriente esencial que forma parte de las vitaminas del grupo B y que tiene muchas similitudes con los ácidos grasos esenciales omega 3.
Un estudio reciente publicado en 2021 sobre la ingesta de nutrientes (colina, betaina, folatos, vitamina B6 y vitamina B12) en mujeres embarazadas en España, concluyó que el aporte de colina era insuficiente y lejos del 80% del valor considerado como suficiente.
En la actualidad, varias organizaciones mundiales líderes en salud, como el Colegio Americano de Ginecólogos y Obstetras, la Academia Estadounidense de Pediatría, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y la Organización Mundial de la Salud han destacado varios nutrientes claves para el desarrollo del ser humano, entre ellos la colina, considerado como un nutriente imprescindible en el neurodesarrollo fetal y la salud mental a lo largo de la vida.
La colina ingerida a través de los alimentos se absorbe en el intestino delgado y se distribuye por todos los tejidos, pero se acumula mayoritariamente en las glándulas mamarias, placenta, cerebro, hígado y riñón. Asimismo, hay una producción endógena de colina en el hígado que precisamente está aumentada durante el embarazo.
Existen evidencias de que existe una sinergia entre el metabolismo de la colina hacia la síntesis de fosfatidilcolina (componente fundamental en la síntesis de las membranas celulares) en detrimento de la síntesis de betaina (agente clave en la regulación epigenética), de tal manera que las mujeres embarazadas con trastornos genéticos en el metabolismo del ácido fólico , podrían verse beneficiadas por la suplementación con altas dosis de colina al comprobarse en este grupo, la no disminución en la producción de betaina.
Hay algún estudio en el que se comparó el metabolismo de la colina en mujeres no embarazadas y mujeres en su tercer trimestre de embarazo y en el que se encontró que dicho metabolismo se encontraba alterado en la gestación, desviándose para favorecer la síntesis de fosfatidilcolina y disminuir la de betaina.
Estos resultados sugieren la necesidad de incrementar las ingestas no solo de colina sino también de su metabolito, la betaina, durante el período gestacional. Sin embargo, la evidencia disponible sobre el efecto de los niveles maternos de betaina es por el momento reducida y contradictoria. Actualmente no se dispone de datos referentes a la ingesta de este nutriente para la población gestante.
Varios estudios sugieren que la suplementación con colina puede beneficiar al funcionamiento placentario reduciendo el riesgo de aparición de preeclampsia (aumento de presión arterial), riesgo de parto prematuro y fetos con menor crecimiento intrauterino.
La colina es especialmente importante durante el desarrollo prenatal, siendo necesaria para formar los órganos del sistema nervioso central y periférico. Una dieta con una ingesta baja en colina de la mujer gestante puede incrementar el riesgo de recién nacidos con defectos de cierre del tubo neural así como defectos congénitos del labio, del paladar y malformaciones uretrales y diafragmáticas.
Asimismo, varias publicaciones exponen que un suministro materno inadecuado de colina para el feto en desarrollo puede provocar un deterioro de la capacidad cognitiva postnatal.
La deficiencia de hierro gestacional en humanos puede provocar déficits a largo plazo de memoria de reconocimiento y se cree que la suplementación con colina puede ser un prometedor tratamiento para paliar este déficit.
La exposición prenatal al alcohol puede alterar el desarrollo físico y de comportamiento, conduciendo a una serie de afecciones que incluyen discapacidades físicas e intelectuales, así como problemas de conducta y aprendizaje en el recién nacido. Hay estudios que indican que la suplementación con colina puede reducir los efectos teratógenos de la exposición al alcohol en el desarrollo y particularmente en alteraciones de la memoria.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha fijado como ingesta adecuada de colina durante el embarazo en 480 mg/día y en 520 mg/día durante la lactancia. En EEUU solamente un 8% de las mujeres embarazadas presentan una ingesta adecuada de colina durante la gestación. Muchos autores consideran que las mujeres con dietas pobres en leche, huevos, carne u otros alimentos ricos en colina deberían tomar un suplemento dietético prenatal y durante la lactancia con colina para alcanzar unos resultados fetales óptimos y para mejorar la función hepática y placentaria materna.
Así que recuerda, si estás pensando en embarazarte, es muy importante que mejores la ingesta de alimentos ricos en colina y tomes algún suplemento rico en folatos, vitamina B6 y B12, colina y betaina.