Es una tendencia al alza. Hasta hace poco tiempo la cirugía estética de la zona vulvo-vaginal era un tabú. Pero es verdad que la salud es una armonía del bienestar físico y psíquico, y muchas mujeres les preocupan esta zona de forma especial.
Así se entiende por cirugía íntima o vaginal el conjunto de operaciones estéticas/reparadoras de la zona genital externa. También se está denominando rejuvenecimiento genital. Este tipo de cirugías ocupan entre el 1 y el 2% de todas las cirugías estéticas en España actualmente y el número de consultas en mujeres de 20 a 30 años y de 40 a 50 está aumentando cada día más.
Existe ahora un mayor conocimiento anatómico y funcional y una mayor preocupación por parte de los médicos en los defectos de suelo pélvico, pero también una mayor concienciación de la mujer en su zona genital, en la que si se tiene algún problema congénito (del nacimiento) o adquirido a través de la vida, puede buscar solución.
El 80% de estas cirugías son ninfoplastias o también llamadas labioplastias. Generalmente consiste en que los labios menores (y a veces mayores) queden simétricos en tamaño, o tengan una forma armónica con el resto de la anatomía vulvar y pélvica. Unos labios desproporcionados pueden generar molestias con el roce con la ropa interior, o bien durante las relaciones sexuales, y además la diferencia antiestética puede generar fala de autoestima y confianza en la paciente, además de interferir en su sexualidad, incluso desde la pubertad.
También existen tratamientos de “rejuvenecimiento vulvar” con abrasiones láser para regenerar las capas superficiales de la piel o determinados defectos cutáneos. Algunas pacientes incluso preguntan por liposucciones de la grasa en el pubis o el periné que también son posibles.
Y otro tema controvertido y difícilmente creíble por las pacientes es la pregunta de si puede reconstruirse el himen. Pues sí. El himen es esa fina membrana mucosa a la entrada de la vagina que se rompe con la primera relación sexual o bien al practicar algún deporte o colocación de tampones. Tiene escasa función fisiológica, pero por razones religiosas o sociales algunas pacientes demandan reconstruirlo, y es posible con una fina sutura.
Desde luego que lo que nos tiene que quedar claro es que la mujer hoy no debe relegar la zona genital si es molesta o si queda dañada después de los partos, o por el paso del tiempo. Si bien estamos ‘normalizando’ el tratamiento de afecciones importantes (defectos de suelo pélvico, incontinencia urinaria o de heces…), la estética genital y corporal es una parte importantísima de nuestra salud, más de lo que creemos. Perdamos el miedo a consultar sobre ello.