Actualmente si atendemos a los datos de la Sociedad Española de Fertilidad y del Instituto Nacional de Estadística, en torno a un 8% de los nacimientos proceden de madres en la década de los cuarenta años. Este porcentaje ha cuatriplicado las tasas de principios del año 2000.
¿ Los cuarenta, son los nuevos treinta? Seguramente. El retraso de la maternidad y la disminución del número de hijos en las parejas se debe a varios factores sociales: una adolescencia ‘eterna’, la dificultad de encuentro y realización profesional, la inquietud hedonista de la cultura de consumo…
Sin embargo, existen numerosas ventajas de ser madre a los 40: suele haber una madurez psicológica y una estabilidad económica óptimas para tomar decisiones adecuadas a la hora de tener y criar un bebé.
La principal desventaja de posponer tu embarazo hasta los 40 es significativo: cuanto más esperas, más difícil resulta quedarse embarazada. El número de óvulos disminuye conforme avanza la década y además la calidad de los mismos comienza a ser más deficiente, lo que aumenta la tasa de abortos y malformaciones congénitas. Además, el agotamiento biológico de la mujer, puede unirse también a alteraciones en el semen masculino (más frecuente la fragmentación del DNA espermático a partir de los 45). Siendo que habitualmente hablamos de parejas heterosexuales de edades similares. Pero también estamos experimentando un aumento de embarazos por reproducción asistida en madres solteras, que toman la decisión en el inicio de esta década, al no tener un proyecto de pareja en común.
Técnicamente a los 40 años la probabilidad de embarazo espontáneo es del 40-50%. A los 43, 1-2%. Además la tasa de aborto espontáneo en el primer trimestre por malformaciones genéticas aumenta, siendo de un 35% de los 40-45años. Es fácil tener que recurrir por tanto a técnicas de reproducción asistida, y necesitar óvulos de donante en lugar de los propios. Una vez embarazada, los riesgos de complicaciones como los estados hipertensivos o la diabetes gestacional son el doble que en la década anterior. El parto también asume más complicaciones a nivel de aumento de tasa de cesárea y hemorragia postparto principalmente.
No podemos planear nuestra vida al milímetro pero lanzo unas recomendaciones a las mujeres que se estén acercando o que acaben de comenzar la década de los cuarenta con deseos de ser madre:
- Si lo queremos, cuanto antes mejor. Es claro que el reloj biológico si se despierta más tarde va en nuestra contra. Nunca encontraremos el ‘mejor momento’ social, económico, de pareja… para hacerlo. El mejor momento sin embargo, es el ahora.
- Un adecuado plan ginecológico preconcepcional, para valorar nuestra salud reproductiva, y ver qué enfermedades tenemos que apuntar y tratar previo a la gestación ó durante la misma
- Una dieta equilibrada rica en oligoelementos, vitaminas y minerales. También en este momento podemos administrar ya polivitamínicos que suplementamos en el embarazo (Donnaplus Embarazo ® es uno ellos) con ácido fólico, yodo, ácidos grasos DHA de microalgas, hierro aminoquelado, vitaminas grupo B…
- Ejercicio físico. Abandono de tóxicos (tabaco, alcohol…) y disminución del estrés socio-laboral. Fundamental.
- Paciencia, mucha paciencia: con una misma y con la pareja. Si hemos tomado la decisión y espontáneamente no llega el embarazo… si realmente es una prioridad en la vida de una mujer (y su pareja) no hay que culpabilizar a nadie, ni obsesionarse, sólo ponerse manos a la obra con los profesionales adecuados.
¿Embarazo a los 40? Por supuesto que sí.