Reflexiones de una ginecóloga:
Pasarnos media vida pensando en cómo evitar un embarazo,
para luego someternos a tratamientos para conseguir una gestación.
La función reproductiva debería ser un tema de interés desde la juventud. Dar a conocer que, a pesar de todos los avances de la ciencia, la posibilidad de ser madres tiene un límite y unas limitaciones.
Desde niñas nos enseñan a ser capaces por nosotras mismas de desarrollar y realizar la mayoría de nuestros propósitos y metas. Pero existe una limitación que no podemos postergar: el hecho de que nuestra función reproductiva tiene un inicio y un final. Ser consciente de que lo que te gustaría llegar a obtener en cuanto a vida profesional y familiar van a ser difícilmente compatible y tendrás que buscar un equilibrio durante toda tu vida y que debes también tener en cuenta las pretensiones y sueños de tu pareja.
Vamos estirando el tiempo de la maternidad, pensando que podemos controlar la situación y postergamos cada vez más, programando, casi cronometrando e intentando calcular cada aspecto de nuestra vida. Conseguir el puesto que deseamos, estabilidad laboral, familiar y entonces es cuando nos damos cuenta… que “se nos pasa el arroz”.
Cuando empecé la carrera de medicina, la definición de primigesta añosa fijaba como límite de edad los 30 años. Con el paso del tiempo cambió y se fijó en los 35 años y hoy en día, se olvida el concepto para no discriminar a todas aquellas que, por circunstancias de la vida, han llegado a una edad que para muchas no es la ideal y así no herir susceptibilidades o sencillamente se menciona que hay un poco más de riesgo conforme aumenta la edad.
No es una lucha entre estar tranquilas o tener una vida plena y feliz, más bien se trata de adaptarse a los cambios de la vida y tratar de encontrar ese punto medio donde confluyan todos nuestros anhelos.
¿Eres consciente de que la fertilidad y la función reproductiva disminuyen?
Sin duda alguna, el hecho de pensar en nuestra fertilidad, supone un pensamiento estresante para la mayoría, implica presión social, laboral, familiar, pensar en el final, etc. Sin tener una explicación clara, las mujeres españolas son las que a nivel europeo retrasan más la búsqueda del primer embarazo.
Postergar el deseo genésico o el pensamiento de la maternidad, implica para muchas, suponer que tenemos un límite y que, aunque no queramos pensar en ello, tenemos la esperanza de que podremos ser madres sin problema, más adelante. Cuando no se consigue, puede tener repercusiones emocionales muy graves en la calidad de vida de nuestras pacientes y de nuestras familias. Detente… y piénsalo.
Mientras tanto cuídate, haz dieta y ejercicio, mente y cuerpo sano para que la mejor de las condiciones te acompañe. Dispones también de suplementos vitamínicos y antioxidantes que pueden beneficiarte.
Recuerda que no todo es el nivel de la hormona antimülleriana, ni el recuento folicular, ni la calidad espermática, sino un conjunto de condiciones óptimas para conseguir tu bienestar y lograr que se de en ti el maravilloso milagro de la vida.
Los controles y consejos ginecológicos son necesarios e imprescindibles, la adecuada realización de una exploración médica completa rutinariamente e identificar los riesgos individualizados, es necesario. Indagar acerca de los antecedentes personales y familiares, la realización de analíticas y pruebas complementarias, así como la adecuación de los estilos de vida, para volverlos más saludables y tener mejor calidad de vida, es obligatorio para situarnos en qué punto de ascenso o descenso de nuestra función nos encontramos. Mayor edad en la mujer, menor cantidad de óvulos.
Y si no es tu momento, hoy en día disponemos de todos los avances de la ciencia en los que puedes preservar tus óvulos. La preservación de la fertilidad consiste en obtener los ovocitos por punción folicular para posteriormente ser vitrificados en el laboratorio y conservarlos por medio de nitrógeno líquido. La vitrificación permite que el paso de los años no afecte su calidad y garantiza su viabilidad.
La sociedad española de fertilidad recomienda realizar la preservación de los óvulos cuando todavía existe una adecuada reserva ovocitaria, generalmente antes de los 35-38 años. La extracción de ovocitos esta descrito, en una paciente sana, como un procedimiento sencillo, tenemos la suerte de contar con laboratorios y centros especializados donde pueden asesorarte y ayudarte. Por su puesto reconocer que cuando el sueño de ser madres se vuelve un cúmulo de frustraciones debes saber cuando parar, levantar cabeza y ver las diferentes opciones que los expertos te proponen, recuerda que tu familia es parte importante del proceso porque velara por tu bienestar emocional, convirtiéndose en pilar, apoyo y refugio.
Somos seres llenos de emociones, sentimientos, pensamientos y necesitamos compartirlas selectivamente para encontrar esa paz, felicidad en nuestro interior. Trabaja por que tus metas se cumplan y mantén la capacidad de adaptarte a los cambios de la vida, replantearte, renacer, construirte, pero nunca dejarte vencer.
Así que, no esperes que sea demasiado tarde, decídete y piensa en tu futuro. Darte el mejor consejo para tomar la mejor decisión, mostrando las mejores opciones para ti, es una de nuestras labores como ginecólog@s.