Tal y como hemos comentado en artículos anteriores sobre anomalías menstruales, la regularidad y periodicidad en las menstruaciones son aspectos muy relevantes en los que trabajamos los médicos especialistas en ginecología para lograr una mejor tasa de embarazo de una pareja que lleva meses intentándolo.
En este artículo quiero centrarme en las principales causas que pueden ocasionar problemas de fertilidad en las mujeres, más allá de aquellos problemas directamente relacionados con anomalías menstruales y de aquellos factores físicos y emocionales que ya comentamos en el artículo sobre infertilidad y conceptos básicos a tener en cuenta.
Cuando hablamos de infertilidad femenina, nos referimos principalmente a 4 posibles causas o situaciones que pueden estar dando lugar a la imposibilidad de concebir un bebé sano.
- Problemas en el desarrollo y crecimiento del embrión: En este grupo encontramos aquellas casuísticas que ocasionan que un óvulo ya fecundado no progrese en su crecimiento una vez fijado en el endometrio y por tanto el embrión no prosigue con su desarrollo. Las causas que lo pueden originar pueden ser múltiples como por ejemplo los problemas cromosómicos o factores inmunológicos.
- Dificultades en la implantación: Otra situación que puede ocasionarse es debido a la imposibilidad que presenta un óvulo fecundado para implantarse correctamente en el endometrio. Los problemas de implantación suelen ser más frecuentes a medida que aumenta la edad de la paciente. En la mayoría de ocasiones suelen terminar en abortos espontáneos. En estas situaciones las causas también pueden ser variadas, aunque destacan patologías como la endometriosis por el frecuente ambiente oxidativo del organismo y problemas como las trombofilias o alteraciones endometriales.
- Complejidad estructural reproductiva: La tercera causa se puede deber a la incapacidad de que los óvulos se puedan desplazar desdel ovario al endometrio pasando por las trompas de Falopio. Habitualmente, estas dificultades se deben a la existencia de estructuras o a posibles malformaciones de estas que afectan a la funcionalidad del sistema reproductivo. Este tipo de situaciones solemos detectarlas cuando realizamos una ecografía a la paciente o una prueba de de permeabilidad tubárica. En algunos casos la aplicación de técnicas quirúrgicas pueden ayudarnos a resolver el problema y recuperar la funcionalidad íntegra del sistema reproductivo. No obstante, tal y como siempre indico a mis pacientes, cada caso requiere de un estudio y análisis detallado para valorar cual es la alternativa que nos ofrece mejores resultados.
- Cantidad y calidad de óvulos: La comúnmente denominada reserva ovárica da lugar a la última de las cuatro causas que comentábamos inicialmente. En este caso el problema se encuentra en los propios ovarios, es decir, en la capacidad de disponer y de producir óvulos sanos y viables. En este sentido, es importante tener en cuenta que la cantidad y calidad de los óvulos que produce una mujer disminuye con la edad. Este descenso es especialmente notable a partir de los 35 años, dónde las probabilidades de lograr un embarazo natural disminuyen exponencialmente. En estos casos, solemos aplicar terapias para aumentar la estimulación ovárica y conseguir así un mayor acúmulo de óvulos. La menopausia precoz es una de las causas que afectan a la cantidad de óvulos disponibles igual que los tratamientos quirúrgicos sobre el ovario (endometriosis, quistes…) o tratamientos como la radioterapia pélvica o la quimioterapia.
Finalmente, existe también otra posibilidad, que aunque la podríamos incluir perfectamente en uno de los grupos anteriores, he preferido tratarla por separado y profundizar un poquito más en ella. Existe un problema en el proceso de ovulación que impide que aunque se disponga de óvulos en cantidad y calidad suficiente, estos no sean liberados para poder ser fecundados. Esta situación está causada por una patología denominada Síndrome del ovario poliquístico, donde en algunas ocasiones se produce una anovulación e irregularidad cíclica.
El síndrome del ovario poliquístico es una patología muy ligada a los niveles hormonales, más concretamente al elevado nivel de andrógenos, lo cual puede conllevar problemas en la calidad de los óvulos que son liberados por el ovario. Otras hormonas afectadas son los estrógenos y la progesterona, dos hormonas que ayudan a la liberación de los óvulos por el ovario.
En la mayoría de mujeres la liberación del óvulo se produce 2 semanas tras el inicio de la menstruación, no obstante en las mujeres con Síndrome de ovario poliquístico los óvulos no son liberados, sino que permanecen en el ovarios rodeados por una cantidad reducida de líquido. Al no liberarse, puede haber varios óvulos que hayan permanecido dentro del ovario provocando un agrandamiento de este órgano. Este síndrome suele diagnosticarse en edades que rondan la veintena o treintena aunque tampoco es raro que afecte a mujeres más jóvenes.
Las mujeres con este síndrome suelen tener ciclos menstruales irregulares debido a los periodos anovulatorios, lo cual contribuye a una mayor dificultad para lograr el encuentro del óvulo y el espermatozoide ocasionando así la infertilidad. De hecho la ausencia de la menstruación o la comentada irregularidad suelen ser los principales motivos de que estas mujeres acudan a la consulta ginecológica. Sin embargo, son mujeres que también pueden haber consultado al dermatólogo por un aumento delm vello facial y corporal, y al endocrino, por una mayor facilidad a la ganancia ponderal.
El tratamiento principal que realizamos en estos casos suele consistir inicialmente en lograr periodos menstruales más regulares, lo cual solemos conseguirlo indicando medidas dietéticas, disminución de peso, ejercicio y la toma de complementos que nos ayudan a conseguir este objetivo.
Por último, me gustaría terminar con una pequeña reflexión, ya que algunas pacientes a las que les está costando quedarse embarazadas y acuden de forma tardía a la consulta, me comentan que en ocasiones les es difícil acudir a la consulta ginecológica para hablar sobre los problemas y posibles patologías relacionadas con la infertilidad, ya que les causa angustia y malestar pensar que puedan padecer alguno de ellos. Aunque este pensamiento es totalmente comprensible, siempre intento que mis pacientes vean, en el hecho de acudir a la consulta ginecológica, algo más que una forma de encontrar el origen del problema. Quiero que mis pacientes acudan a mi consulta sabiendo que vamos a enfocarnos en la búsqueda de soluciones. Por lo tanto, a todas mis pacientes y a todas las mujeres que puedan estar leyendo este artículo me gustaría decirles que no tengan miedo, conocer el origen del problema es el primer paso para encontrar una solución eficaz lo más pronto posible.