El estreñimiento se define como la defecación infrecuente o una alteración del acto defecatorio (esfuerzo excesivo, bloqueo o evacuación incompleta). Es más frecuente en mujeres, y en España se cifra en un 30% aproximadamente.
El embarazo predispone en todos los trimestres a ello, de modo que hasta un 50% de embarazadas pueden sufrir estreñimiento. Es un tema tabú, porque socialmente desde nuestros ancestros se ha intentado esconder por miedo al rechazo y vergüenza, y si uno no pregunta en la consulta, nadie lo comenta. Además como comentábamos al principio del post, muchas mujeres conviven con ello y por lo tanto lo ‘normalizan’ y no le dan más importancia porque se acostumbran; hasta que empeora.
En el embarazo el desequilibrio hormonal (de progesterona y lactógeno placentario y de motilina) el tamaño creciente del útero, que va comprimiendo el intestino y otros minerales y fármacos, enlentecen el tránsito intestinal.
Generalmente no comporta complicaciones vitales pero importa por el dolor que va asociado a la ocupación en el intestino, la molestia con el esfuerzo excesivo y porque fácilmente provoca hemorroides, fisura anal o infecciones de orina de repetición. Otras complicaciones de mayor calado como obstrucciones intestinales, trombosis de plexos hemorroidales, entre otros, son infrecuentes y suceden cuando existen otros factores de riesgo.
El tratamiento del estreñimiento será a priori una mejora de los hábitos dietéticos.
Las primeras medidas son higiénico-dietéticas:
- Consumo de al menos 8 vasos de agua al día y algún zumo, sobre todo ciruelas.
- Consumo de fibra: al menos de 20-35g diarios de fibra (salvado de trigo, frutas, pan integral…) progresivos para disminuir la hinchazón abdominal.
- Ejercicio físico moderado: natación bici estática, yoga…
- Habito intestinal regular: levantándose tras cada comida y también disminuyendo con posturas correctas el esfuerzo al defecar.
- También se puede sumar entonces Semillas como Plántago Ovata o aumento de salvado de trigo (polisacáridos con metilcelulosa formadores de volumen).
Si el estreñimiento es crónico o fallan esas medidas, el tratamiento será a base de laxantes osmóticos basados en PEG y en lactulosa. Se recomienda su utilización hasta el final del embarazo y reevaluar después del parto. La lactancia también prolongará esta situación de estreñimiento.
Por lo tanto la frecuencia y las consecuencias determinan la importancia de cada caso de estreñimiento en el embarazo. Sin embargo, aunque pueda ser algo pudoroso, es mejor comentarlo en la consulta, para poder hacer un seguimiento y poder ponerle remedio si es necesario.