La incontinencia de orina se define como cualquier emisión involuntaria de orina. Existen diversas causas y factores que condicionan:
- Incontinencia de Esfuerzo: con dominancia de una hiperpresión abdominal y disfunción muscular , la paciente al toser, estornudar, correr… emite involuntariamente orina.
- Incontinencia de Urgencia: generalmente por alteración de la inervación del sistema urogenital , la paciente siente deseo imperioso de orinar (con vejiga llena o no) y pierde orina antes de llegar al baño.
- Incontinencia mixta: mucho más compleja aunando parte de las dos anteriores.
En este caso os quiero hablar de las etapas iniciales de esa incontinencia, antes de que se instaure una alteración completa. La incontinencia leve es un problema muy frecuente, y en etapas iniciales puede ser corregible y transitoria. Puede deberse en esos caso por ejemplo:
- Infecciones subclínicas de vía urinaria.
- Alteraciones hormonales; déficit estrogénico en el postparto, amenorrea por bloqueo ovárico, perimenopausia y menopausia.
- Exceso de tóxicos (tabaco, excitantes como té y café…).
- Superhidratación (beber más de la cuenta en esta sociedad donde todo ser humano parece tener que ir acompañado de una botella de agua mineral).
- Hábitos sociales e higiénicos incorrectos: Pese a vejiga llena y deseo de micción aguantar la orina porque queremos terminar el trabajo… o llenar la vejiga bebiendo excesiva cantidad de agua antes de ir a dormir (fomentará que nos despertemos y aumente la frecuencia de micción o escapes durante la noche).
- Aumento de peso y obesidad (sobre todo central- abdominal).
- Exceso de entrenamientos de carga o de impacto en suelo pélvico (más si se entrena o se corre con la vejiga llena).
- Debilitamiento de suelo pélvico tras cirugía ginecológica o tras EL PARTO.
- Brotes o fases de enfermedades neurológicas o uso de tratamientos que alteran los receptores nerviosos vesicales.
Estos casos no suelen generar un gran impacto, pero pueden ser latosos para la paciente y fomentar el inicio del deterioro. Con buenos hábitos higiénico-dietéticos y fisioterapia de suelo pélvico, antiinfecciosos, etc. pueden mejorar o revertir.
También existen nuevos componentes nutricionales que previenen y mejoran estos estados iniciales. Los productos con extracto de arándano rojo y vitaminas del grupo C (ácido ascórbico) tienen un buen impacto para impedir la adhesión de microorganismos patógenos en la vía urinaria, y prevenir recidivas de infecciones. Igualmente el extracto de calabaza es un excelente antiinflamatorio urogenital para la mujer y la próstata del hombre. Algunos productos (Lessurin ®) aúnan esta calabaza con fitoestrógenos de soja que aumentan la hidratación de la mucosa urogenital de la mujer de forma prometedora para pacientes muy sensibles en esa área y con casos leves de incontinencia.
Os recomiendo encarecidamente que apartéis los tabúes y habléis abiertamente con vuestro médico de este tema tan incómodo. Él identificará a través de una historia clínica y una exploración ginecológica detallada el problema. En casos avanzados se puede recurrir a pruebas complementarias de diario miccional, urodinamia, imagen con uretrocistografía, etc. Y pueden requerir tratamiento quirúrgico o farmacológico. Pero mejor prevenir desde el principio, que curar.