Uno de los mayores logros médicos y sociales del siglo XX fue el desarrollo de compuestos hormonales para planificar la sexualidad y la reproducción del ser humano. En la década de los 60 comenzó a comercializarse en USA y Europa la primera ‘píldora’ que inhibía la ovulación y por tanto impedía el embarazo.
Además los anticonceptivos hormonales son tratamientos que utilizamos comúnmente en la consulta por sus beneficios adicionales: reducción de dolor de regla (dismenorrea), reducción de sangrado menstrual, regularización de reglas, disminución de signos androgénicos (acné…)
Tenemos métodos hormonales contraceptivos de corta duración- mensuales (píldoras orales, parches cutáneos , anillo vaginal) y de larga duración – varios años (DIUs de gestágenos, implantes hormonales subdérmicos)
Pero aunque llevemos utilizando estos métodos, la cultura social médica es todavía reducida y hay que desmitificar algunos aspectos (FALSOS) de la tradición femenina.
- ‘El sangrado menstrual es necesario’ . En realidad el sangrado menstrual es la traducción de que ese mes la mujer no se ha quedado embarazada, y descama el endometrio no transformado. Podemos evitar esa descamación con anticonceptivos sin que suponga un perjuicio para la mujer. Tampoco la mujer ‘ha de limpiarse’ cada mes.
- ‘Durante la menstruación y la lactancia no hay embarazo’ . Pueden existir ovulaciones de escape (a destiempo) o que el sangrado que tenga la mujer no sea realmente la menstruación, por ello ha de utilizarse un método de protección aunque sea preservativo, salvo que estemos utilizando métodos hormonales. Respecto de la lactancia, si es exclusiva materna durante los 6 primeros meses, el bloqueo hormonal por la prolactina da una tasa de protección de 92-98%, aún así no debemos fiarnos.
- ‘La píldora engorda’. En realidad los gestágenos de generaciones anteriores tenían un mayor impacto en el metabolismo de las grasas y las pacientes experimentaban más retención de líquidos y aumento de peso corporal, en torno a un 15-20% incluso. Los nuevos preparados reducen esos cambios al 1-2% de pacientes.
- ‘Si llevas DIU o Implante es difícil recuperar la fertilidad después’. Tanto el DIU (de cobre u hormonales) y el Implante Hormonal son métodos de larga duración Reversibles. Al retirarlos del organismo, el 95% de las pacientes ovula al mes siguiente, y un 99% a los 3 meses con la posibilidad de quedarse embarazada.
- ‘Tengo que hacer un descanso del uso del anticonceptivo’. Tras una historia clínica y examen físico minuciosos podemos elegir un método hormonal adecuado para cada mujer. Si no hay eventualidades y el método es correcto, la paciente con las bajas dosis de hoy en día no debe descansar hasta que desee embarazo ó hasta la menopausia en otro caso.
- ‘Ese anticonceptivo no es para mí’. Estamos cambiando los hábitos sexuales y el estilo de vida, y ahora es fácil ofrecer a la paciente métodos que se adecúan a su perfil: DIUs de 3 años a pacientes adolescentes o en la década de los 20-30 años; anillos vaginales, discretos y cómodos… Toma continuada de píldora para que la paciente no tenga la regla en profesiones físicas exigentes…
Estos son sólo unos ejemplos de preguntas que veo diariamente en mi consulta y que mis pacientes agradecen que aclare. Desde luego, veo una necesidad clara de mejorar nuestra educación sexual y médica en esta materia, en la que colaboro con mis compañeros de la Sociedad Española de Contracepción.