Esta enfermedad es la causante de muchas fracturas de huesos y afecta a una de cada tres mujeres mayores de 50 años. Factores como la genética y estados vitales como la menopausia pueden desencadenarla. Pero se puede empezar a prevenir desde la juventud con ejercicio regular y una dieta rica en calcio.
A partir de una determinada edad, la salud de nuestros huesos es capital para disfrutar de una buena calidad de vida. Por eso, hay que estar vigilante ante la posibilidad de sufrir osteoporosis, una enfermedad que se caracteriza por la disminución de la masa ósea y el deterioro de los huesos, lo que aumenta la porosidad y fragilidad de los mismos y las posibilidades de sufrir una fractura. No es fácil sospechar si la padecemos, de hecho es conocida como la “epidemia silenciosa”, pues muchas veces no presenta síntomas y no nos preocupamos hasta que no sufrimos una fractura.
En España, aproximadamente dos millones de mujeres la padecen, y su prevalencia en la población postmenopáusica es del 25 %. Se calcula que aproximadamente una de cada tres mujeres mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica.
La osteoporosis puede tener un origen genético, estar causada por la menopausia –la falta de estrógenos afecta a los huesos– o deberse a una mala alimentación y a la falta de ejercicio físico. También puede ser consecuencia de otras enfermedades, como la insuficiencia renal crónica o los trastornos hormonales, o de la toma de determinados medicamentos.
La clave: hábitos saludables
Tanto si tenemos factores de riesgo como si no, es importante tomar medidas desde una edad temprana para prevenirla.
• El ejercicio físico, practicado de manera regular, juega un papel crucial a la hora de retrasar o evitar su aparición. Son especialmente recomendables aquellos deportes en los que uno debe soportar su propio peso como caminar, correr, practicar aerobic o saltar a la comba. Entre sus beneficios está aumentar la fuerza muscular y retener el calcio de los huesos. Si además los practicamos al aire libre en horas de sol nuestra piel producirá vitamina D, que ayuda a que el calcio se absorba en el intestino incorporándose a nuestro organismo.
• La alimentación es otro de los pilares en la prevención de esta dolencia. Durante la adolescencia tiene lugar el crecimiento más rápido de la masa ósea y gran parte del capital óseo se adquiere durante esa época. Comer correctamente durante esos años es clave para la futura salud de los huesos. En el caso de la osteoporosis, es necesario asegurar un aporte suficiente de calcio, fundamentalmente con productos lácteos como leche, yogures o queso. Hay que intentar tomar dos raciones diarias como mínimo; se puede optar por productos desnatados pues aportan una cantidad similar de calcio que los que son enteros. Además, hay que cuidar que la alimentación sea equilibrada en periodos como la infancia y la adolescencia y en situaciones como el embarazo, la lactancia y la menopausia. Al igual que la vitamina D ayuda a absorber el calcio, hay otros nutrientes que lo dificultan y cuyo consumo conviene vigilar. Así ocurre con los fitatos, que se hayan en el salvado de los cereales, con el fósforo y con la ingesta abundante de proteínas, que también se relaciona con una disminución de la absorción de calcio.
• Por último hay que señalar que el consumo de tabaco y de bebidas alcohólicas está vinculado a esta enfermedad, pues disminuye la densidad mineral ósea.