La producción ecológica es un sistema de producción agraria y ganadera que proporciona alimentos de calidad a través de las técnicas más respetuosas con el medioambiente.
Está regulada por una estricta normativa de la Unión Europea, que recoge exigencias en materia de producción vegetal, animal, así como de inspección, certificación y etiquetado. Los términos “ecológico”, “eco”, “biológico”, “bio”, “orgánico” y “org” están reservados en exclusiva a los alimentos procedentes de la agricultura ecológica y todos ellos tienen el mismo significado.
Por tanto, actualmente el consumidor puede tener la seguridad de que cualquier alimento que incluya esta terminología procede de la agricultura ecológica y está certificado como tal.
Los alimentos ecológicos están sometidos a unos controles adicionales, realizados por entidades de certificación que garantizan su autenticidad, dotándoles de un logotipo específico.
- Beneficios de la producción ecológica:
- Producción de alimentos libres de contaminación y de alta calidad nutritiva.
- Aumento de la diversidad productiva del agricultor.
- Reduce al mínimo la contaminación del suelo, agua y aire.
- Fomenta un alto grado de bienestar de los animales.
- Evita el uso de productos químicos de síntesis como fertilizantes, plaguicidas, antibióticos, etc.
- No utiliza organismos modificados genéticamente (OMG’s), es decir, no produce alimentos transgénicos.
- Empleo al máximo de los recursos locales minimizando el uso de recursos externos, y disminuyendo la dependencia de los productores.
- Se incentiva el trabajo familiar y la organización comunitaria.
- Se protege el medioambiente y se conserva el paisaje.
Como consumidores debemos estar informados y no dejarnos confundir, ya que un producto que no lleve el distintivo o logotipo de producción ecológica ni ninguno de los términos anteriores (eco, bio, orgánico, etc) no tiene por qué ser ecológico aunque esté comercializado como natural, el envase sea de color verde y en el etiquetado aparezca un prado con árboles.