Escrito por Sonia March y Mónica Peitx.
La fibra es la parte no digerible ni absorbible de muchos alimentos de origen vegetal. Está constituida por sustancias de distinta composición química, aunque la mayor parte de ella son polisacáridos. Hace años se pensaba que era un componente poco útil ya que se elimina en las heces. Hoy se sabe que tiene numerosas propiedades beneficiosas para el intestino, principalmente para el intestino grueso. La fibra se encuentra en la cubierta de los cereales y de las legumbres, así como en las verduras y en las frutas.
Que la fibra adelgaza es otro de los muchos mitos alimentarios. Se cree que comiendo mucha fibra uno se adelgazará, pero nada más lejos de la realidad.
Entre los muchos beneficios de la fibra, está el de mejorar y acelerar el transito intestinal. La fibra aumenta el volumen de las heces, haciendo que el colon también retenga más agua. En este proceso se puede llegar a eliminar una cierta cantidad de nutrientes como azúcares y grasas, haciendo que la ingesta calórica sea menor.
Otro de los beneficios es que al comer alimentos vegetales, como las frutas con piel, verduras y alimentos integrales, necesitamos masticar durante más tiempo. Eso nos aporta una sensación de saciedad anticipada: nos saciamos antes cuando comemos alimentos ricos en fibra. Así mismo el volumen de alimentos ricos en fibra en el estomago, también nos produce más saciedad.
También existe el mito de que el pan integral tiene menos calorías, y esto tampoco es así. La diferencia calórica entre el pan blanco y el pan integral es muy discreta. Pero consumir pan y cereales integrales también nos produce más sensación de saciedad, favoreciendo que comamos menos (por el efecto que comentado anteriormente), lo que sí que resulta de utilidad en las dietas de control de peso.
El consumo diario de fibra recomendado es de 20 gr. a 30 gr. al día. Unos 100 gr. de pan integral puede contener hasta 8 gr, de fibra. Si a parte hacemos una dieta rica en frutas y vegetales, llegaremos a las cantidades recomendadas de una manera equilibrada y obtendremos los beneficios que nos aporta la fibra.
Hay razones suficientes para incorporar la fibra en nuestra dieta, pero no con la creencia de que si consumimos mucha fibra nos vamos a adelgazar. Incluso un consumo elevado de fibra puede ocasionar problemas digestivos como exceso de gases, dificultades para evacuar y mala absorción de algunas vitaminas y minerales.