El concepto de salud sexual lo definió la OMS. Esta es la definición original:
"La salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad; no es meramente la ausencia de enfermedad, disfunción o dolencia.
La salud sexual requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de coerción, discriminación y violencia.
Para alcanzar y mantener la salud sexual, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y puedan llevarse a cabo". 2002, publicado en 2006.
Vivimos tiempos donde la salud sexual puede usarse como elemento de disputa. Como ginecóloga, abogo por un conocimiento científico sobre este tema, alejado de connotaciones morales, religiosas o políticas.
El foco de las relaciones sexuales es el placer, este año la WAS, Asociación mundial para la salud sexual, ha elegido como lema «Hablemos del placer».
Pero no vale el placer a cualquier precio. Es imprescindible que sea de manera segura, y también sin discriminación o violencia. El consentimiento es la premisa para conseguirlo.
Para explicar este concepto explico en las charlas que el "sexo seguro emocional" tiene que cumplir las tres «C»: Consentido, Consensuado y Consciente.
- Consentido, responde a la pregunta ¿quieres? El ejemplo del vídeo de la taza de té es perfecto porque describe distintos escenarios de manera sencilla y muy directa. Cualquiera puede entenderlo de una vez y para siempre. La intimidad es algo crucial en estas relaciones personales, que implican un respeto a la privacidad propia y del otro u otros.
- Consensuado, respondería a las preguntas ¿qué y cómo? Cualquier actividad sexual ha de ser aceptada por los participantes. Lo que se aceptó una vez no ha de aceptarse siempre. La importancia de la palabra NO. "No es No" y ha de respetarse.
- Consciente, disfrute voluntario. La actividad sexual busca conseguir el placer de forma voluntaria. Para tener voluntad hay que estar consciente.
Situaciones de riesgo para la salud sexual
Mi carrera profesional como ginecóloga ha coincidido con el uso de internet. Siempre pensé que esta herramienta serviría para difundir el conocimiento de forma sencilla y eficaz. Reúne todas las características: llega a cualquier sitio, es fácil de manejar, y desde la aparición de los teléfonos inteligentes tenemos la información en la palma de la mano.
En salud sexual, este acceso a la información no ha mejorado el conocimiento de la población, sobre todo la más joven. Ellos buscan en la red, pero las páginas de pornografía se han convertido en la mayor fuente de información para los jóvenes. España es uno de los mayores consumidores de porno libre del mundo. Además, la pandemia ha expuesto mucho más a los jóvenes a estos contenidos.
El modelo sexual que ofrece la pornografía es violento, centrado en el coito, y con sometimiento de la mujer, en muchos casos.
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Sexting: Consiste en compartir material sexual, imágenes y vídeos, a través del móvil. Es una forma de juego erótico consentido, muy utilizado entre jóvenes y adultos. El problema está en que el material compartido escapa del control del protagonista del vídeo. Se corre el riesgo de una difusión masiva, sin control por el protagonista.
Además, se puede usar como forma de extorsión al terminar la relación. Llamada Sextorsión. Este tipo de violencia tecnológica puede tener incluso consecuencias fatales, como hemos conocido en los medios de comunicación.
Todos debemos saber que lo compartido escapa a nuestro control. Aunque es delito compartirlo, el daño puede quedar aunque los tribunales nos den la razón.
- Grooming: Es la suplantación de personalidad, a través de redes sociales. Adultos que manipulan y buscan obtener contactos sexuales, sobre todo con menores. También se asocia a extorsión a través de la red, o incluso en persona.
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Alcohol: Cuando bebes parece que te atreves más, pero como decía Shakespeare: «Aunque el alcohol aumenta el deseo, castiga el desempeño».
Colabora en la pérdida de la erección masculina, la disminución de la lubricación femenina. A nivel emocional, favorece asumir conductas de riesgo por la pérdida de control. Disminuye la capacidad de consentir.
- Sumisión química: Las relaciones bajo los efectos de sustancias químicas, tomadas de forma voluntaria o no, que permiten la manipulación con fines sexuales. La falta de control aumenta los riesgos tanto de enfermedades de transmisión sexual como de embarazos no deseados. Algunas de estas sustancias, como la burundanga o escopolamina, tienen efectos amnésicos, no se recuerda lo que ha ocurrido. Es fundamental para el diagnóstico el análisis temprano, 6 horas, tras el hecho. Este verano hemos leído ataques de este tipo a mujeres, en lugares públicos.
- Chemsex: Se llaman así las prácticas sexuales, en grupo, bajo los efectos de diversas drogas, y/o fármacos para potenciar la erección, como el sidenafilo (Viagra). Es más frecuente en hombres que tienen sexo con hombres. Desde el punto de vista de la salud se asocian a riesgos para contraer ITS, y a la propia adicción que supone este tipo de prácticas.
La educación, la mejor estrategia para la salud sexual
No podemos dar la espalda al mundo en el que vivimos. Esta es una etapa de cambios, donde la información veraz y el espíritu crítico son elementos de máximo valor.
Hemos de conocer más para educar mejor. Buscar fuentes fiables.
Existen muchas las páginas sobre salud. Los informadores serios hacen una gran labor, pero hay mucho contenido sin filtro que se viste de veracidad. Así los bulos y mitos antiguos reaparecen, en páginas bien diseñadas y atractivas, con un baño de modernidad. Además las redes sociales actúan como eco de esas informaciones, que de tanto repetirlas, parecen ciertas.
Un grupo de sanitarios y otros profesionales, hemos creado la página web www.saludsexualparatodos.es en la que se recoge información al alcance de todos.
La salud es importante para todos, también la salud sexual.
