La sexualidad después de los 60 existe y... ¡oh sorpresa! Puede ser más satisfactoria, rica y divertida que la que se vive en la veintena. Así es esta realidad que, cada día, cultivan y hace feliz a más mujeres. Tener sexo después de la menopausia es posible y muy recomendable, y con la ayuda adecuada, tan placentero o más que cuando se es joven.
Si estás llegando a la barrera de los 60 años y temes que los efectos de la menopausia afecten a tu vida sexual, piensa de nuevo: la necesidad de dar y recibir afecto es aun mayor cuanto más claras tenemos nuestras prioridades; es decir, cuantos más años cumplimos. Además, el sexo cambia con la edad, pero no se extingue. La sexualidad de una pareja de 60 años puede llegar a tener mayor calidad que en los años precedentes. La razón está en el tiempo y en la mayor apertura de mente de las personas de esta edad, que se atreven a experimentar más y a tener encuentros más prologados. Detrás hay, también, factores fisiológicos: a partir de los 60 el hombre feminiza su sexualidad debido a la caída de la testosterona y la mujer deja atrás el miedo al embarazo y rechaza menos el contacto sexual.
Superar los pequeños inconvenientes
Es cierto que, a nivel físico, puede que los 60 no sean la mejor edad para tener un cuerpo de impresión: más de un tercio de la población tiene una enfermedad crónica cuando llega a la jubilación, y las mujeres que ya han pasado por la menopausia suelen sufrir sequedad vaginal por culpa del desplome de los estrógenos. Pero no desesperes: no hay ningún problema que no pueda resolverse con ayuda de tu ginecólogo. Los expertos tienen cientos de alternativas para facilitar las relaciones sexuales cuando hay algún problema ligado a la edad o a la medicación; eso sí, hay que ser claro y estar orgulloso de la sexualidad propia. Una persona de 30 años preguntaría sin tapujos si una medicación puede influir en el deseo; una de 60, ¿por qué no va a hacerlo?
Un sexo mucho mejor
Dicen los expertos que a partir de la jubilación y de dejar atrás las prisas laborales se despliega otra expresión erótica diferente a la genitalidad habitual con la que muchos entienden, en exclusiva, la vida sexual. De hecho, según un estudio de la Sociedad de Medicina de Familia, el 60 % de los mayores de 65 años declara tener una vida sexual placentera con una frecuencia media de 4 contactos al mes. Si a esta apertura y posibilidad de ir sin prisas unimos el hecho del mejor conocimiento de nuestra propia fisiología, de lo que nos da placer y lo que no, tenemos el cóctel de por qué a partir de los 60 la pasión se vive con mayúsculas.
Para llegar ahí a pleno rendimiento sexólogos y especialistas en medicina de familia recomiendan mantener una vida activa, con ejercicio, dieta y descanso adecuados; intentar una buena comunicación con la pareja en materia de relaciones sexuales; cultivar el arte de experimentar y de probar cosas nuevas (¡nunca es tarde para aumentar el repertorio de posturas o caricias que nos hacen felices!). Porque madurez y sexualidad no es que sean compatibles, ¡es que son muy recomendables!